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Disturbios en el Cementerio

Brivido Giallo: Una notte al cimiterio, Italia, Terror/Comedia, 1987

Un grupo de chicos roba una tienda y huye en una camioneta. Al caer la noche encuentran una extraña taberna, en la que unos personajes macabros los retan a pasar una noche en una tenebrosa cripta a cambio de un fabuloso tesoro. Ellos, por supuesto, aceptan.

La película es realmente divertida. Sería una versión cinematográfica del tren del horror que hay en las ferias: ellos van atravesando la cripta, rodeados de tumbas que se abren, esqueletos que sonríen, ojos que los acechan… Al cabo de un rato los cadáveres vivientes dejan paso a toda clase de monstruo, que les grita «buhhhh» y ellos salen corriendo y chillando como si se hubiesen asustado con un ratón.

Si en algo se han esmerado, es en los escenarios y maquillajes. Si es que se nota que es cartón piedra, pero currado, eh! Y los monstruos otro tanto: seres babosos llenos de llagas y pústulas, una mujer con una docena de ojos (mas o menos), un enano deforme con una camiseta de Kiss, un cadáver que se levanta de la tumba con ganas de… ¿comer cerebros? no! plantar la cebolla!

Como suele pasar con estas películas, sobre todo las italianas, el guión está totalmente en bruto. Si parece que se largaran a rodar con una vaga idea en la cabeza, y luego a ver qué sale el último día en el montaje. Pero la idea general es buena (que no novedosa). En resumen: nada de miedo, algún susto, bastante asco y muchas risas. Es justo decir que se trata de un capítulo de una serie de películas de terror para TV, lo cual explica la completa ausencia de recursos eróticos y que el gore se mantenga contenido en los márgenes de la parodia. Terror para toda la familia.

«-¡Tengo una idea! ¿alguien tiene una cruz?
-Yo soy mormón
-Nosotros judíos
-Católica no practicante
-Me pregunto qué será él
(el monstruo)? ¡Dios mío, empeñé la cruz!»

Guión y Dirección:
Lamberto Bava

Elenco:
Gregory Lech Thaddeus
Lea Martino
Beatrice Ring
Gianmarco Tognazzi
Karl Zinny
Lino Salemme

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monstruos terror

Hemoglobina

Bleeders, Terror, Canadá/USA, 1997


Una pareja arriba a una isla, originarios de Francia. Él rastrea sus orígenes en busca de alguna pista que le ayude a combatir una extraña enfermedad hereditaria.

Una vuelta de tuerca al vampirismo necrófilo, aunque pronto se revela mal dada. Empieza bastante bien, con escenas al aire libre, personajes misteriosos, médico alcohólico que ha perdido su licencia, tumbas abiertas en el cementerio… Llegas a creer que vas a pasar miedo. Es de agradecer que no se anden con sentimentalismos: no se salvan ni los niños. Pero lamentablemente, bastante antes del final de la cinta se revelan los seres misteriosos, y son unos bichos de plástico inexpresivos, que dan asco pero muy poco miedo (esto no es un spoiler, son los de la carátula). Casi habría sido preferible que los mantuviesen mas en la sombra.

La película está bien, la idea es buena: la herencia familiar de la relación incestuosa de una condesa viciosa y su hermano gemelo, forzando mucho la argumentación biológica y genética. Por lo tanto, no recurre a explicaciones metafísicas o diabólicas, sino mas bien monárquicas.

En cuanto a los personajes: El doctor interpretado por Rutger Hauer está bastante desperdiciado. El protagonista masculino es el guaperas de La Femme Nikita; no es muy expresivo que digamos… Su mujer (Kristin Lehman) es, claramente, el personaje principal de la historia, y cumple bien. Pero desde mi punto de vista la chica de la funeraria, Janine Theriault, se lleva los laureles: se expresa con los ojos, su sola presencia está diciendo, sin ella saberlo, que en esa isla pasa algo muy raro, que no puede ser normal.

Director:
Peter Svatek

Elenco:
Roy Dupuis
Kristin Lehman
Rutger Hauer
Janine Theriault